Que el amor podía prohibirse en una estación de bus...
Que bajara con precaución las escaleras que llevan al templo IV en Tikal, el de mayor altura sí, así que caí rebotando de espalda por todos los escaloncitos, con la buena suerte de tener la mochila de amortiguación, y la mala de que el guía contará a continuación, todos los idiotas que, como yo, se cayeron de los distintos lugares de las ruinas.
Que iba a necesitar un avión personal para llevarme todas las cerámicas bellísimas de México, en particular de Puebla, y que podía haber dulces de tantos colores.
Que existe y se puede escalar con muuuucho esfuerzo (je) un volcán de 13 metros de altura.
Que una laguna puede tener 7 colores y parecerse al mar Caribe!
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